domingo, junio 28, 2009

Exigimos el retorno de Manuel Zelaya y el cese de la violencia y persecución política

En un gesto de cinismo sin precedentes, exceptuando el golpe de estado encabezado por Pedro Carmona Estanga en la Venezuela del año 2002, Roberto Micheletti, bautizado cariñosamente por el presidente Hugo Chávez como "Goriletti", ha dicho que no fue un golpe de Estado, sino una "sucesión democrática". Así se llaman ahora los golpes de estado modernos. Ante la pregunta del periodista español de ABC en su primera rueda de prensa como presidente de facto, Goriletti se escapó por las ramas, negando el golpe de estado. Seguidamente, otro periodista español le pidió que revelara cómo se les llama a esas situaciones donde un presidente democráticamente electo es sacado a media noche a punta de fusil puesto en pijamas fuera de su territorio, se le incomunica, se cortan los servicios básicos y se decreta toque de queda: sucesión democrática. Sí, SUCESIÓN DEMOCRÁTICA. Esto es lo que ha explicado Roberto "Gorilleti".
Paro nacional con toma de carreteras en todo el país, anuncia el pueblo hondureño organizado desde los sectores sindicales, campesinas, obreras... Vimos a las mujeres golpeando a los militares que rompieron el hilo constitucional. La información circuló y las redes se activaron, fluyeron ríos de datos, declaraciones, cientos de imágenes, videos, afiches, animaciones, todo lo imaginable, mientras más se esforzaban los gopistas por cortar energía, servicios básicos, imponer toques de queda...
Las movilizaciones a la embajada hondureña en Caracas, en la propia zona del más rancio escualidismo, Altamira, municipio Chacao, territorio de la franquicia Primero Justicia, fueron en las primeras horas de la mañana, de forma espontánea ya que el presidente Chávez arrancó su transmisión —un Aló Presidente extraordinario desde el Palacio de Miraflores— relativamente tarde, después de las 9 de la mañana.
Me sorprende el silencio de la oposición, la ambiguedad, el guabineo, el cinismo. Fanáticos de la democracia como son, ante tal estilacho clásico de golpe de estado, no esperaba menos que una seria condena, un rechazo, un discurso contra los militares hondureños, aprovechando la condición militar de Chávez, quizás... pero no. Los observadores internacionales han condenado el golpe de estado en Honduras, las violaciones flagrantes a los derechos humanos, las persecuciones a los líderes populares... en fin, todas las atrocidades juntas y las filas de la oposición venezolana hasta ahora propone "cautela" ante la delicada situación hondureña.
Movilización de la base popular peruana en Caracas, este 28 de junio frente al Palacio de Miraflores

Cautela. Paz. Movilizaciones y protestas pacíficas ha propuesto Zelaya, tras ser apuntado por las armas de los militares traidores de su patria, después de haber salido en pijamas, descalzo y amenazado de muerte. Pide paz. Habla con calma, digna y firmemente denuncia el zarpazo de la ultraderecha más troglodita, tal como la calificó el presidente Chávez. Por eso mismo no condenan el golpe de Estado en Honduras. Chávez lo dijo, opongámonos a Chávez, así sea lo humanamente intolerable, lo políticamente inadmisible. Es todo lo que tiene que decir la oposición: silencio. Cautela. De eso, nada. No me la calo.
Liberen a Patricia Rodas sana y salva, es lo que no me canso de decir. Y mantengámonos alerta. El silencio de la oposición política venezolana dice que vienen por nosotr*s, vienen a lo "Goriletti" y celebrarán con champaña un salida de facto. Afinemos el oído a la clarinada. Los traidores no duermen y ni usan pijamas.

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