Aún no acaba de pasar el vaporón de los intelecutales en el Centro Internacional Miranda (CIM) cuando comienza mañana mismo —rueda de prensa mediante— la Semana de la Artillería del Pensamiento, a propósito del Día Nacional del Periodista, que como tod*s recordamos, se celebra la edición fundacional del Correo del Orinoco por el Libertador Simón Bolívar.
El sugestivo nombre de este evento nos invita a armarnos de nuestros mejores argumentos y toda la imaginación, estudio y seria reflexión sobre los temas de la comunicación política, el rol de l*s comunicadores —al que le he dedicado unas honestas reflexiones— y las relaciones entre medios de difusión y la política contemporánea en un mundo mediatizado y dibujado al antojo de los intereses más poderosos de los oligopolios extranjeros. La noticia es mercancía y la comunicación masiva es poder, eso es tan viejo como el Correo del Orinoco. Pero no es menos cierto que en medio de este debate seguimos buscando caminos y modelos que nos liberen de esa mercantilización y propaganda negra fraticida y suicida y que el poder se desplaze y distribuya desde la base para estar menos oprimidas.
El asunto de los sistemas políticos, las democracias en occidente, las tensiones entre gobernantes y gobernados, las formas de participación, la configuración de la agenda pública, la crítica y la autocrítica, mecha que se ha encendido aquí y ahora por la delicada piel de nuestro presidente Chávez y algun*s de sus complacientes ministros, a las reflexiones de l*s intelectuales del patio, seguramente serán abordados en esta semana que debemos aprovechar para discutir, proponer y actuar como revolucionari*s, con convicción y respeto, pero jamás temiendo a los tonos arbitrarios que sugieren el silencio, la indiferencia o la autocensura. Maduro lo sabe y debe estar preocupado, puesto que quienes ocupan cargos de elección pública debe rendir cuentas y tratar con respeto tanto a adversari*s como copartidari*s: no se trata de "hablar paja". Este infeliz comentario ni siquiera pasaría en una conversación de cafetín, pero nuestro flamante canciller se da el lujo no sólo de descalificar a lo más brillante y comprometido de la Revolución Bolivariana... l*s manda a trabajar. ¿Cederá la Artillería del Pensamiento a estas presiones impertinentes, sobre todo cuando llama a trabajar contra la opresión, el colonialismo y el individualismo?
Martha Harnecker, que no es santa de mi devoción, ha extraído muy oportunamente las declaraciones de Fidel Castro a Ignacio Ramonet a propósito de la crítica y la autocrítica y llama a vencer el chantaje del análisis a puertas cerradas y en voz baja con la excusa de que "pueda ser utilizado por el enemigo". No me calo.
Bienvenida la Artillería del Pensamiento. Asistamos armadas de nuestros mejores argumentos.
