martes, octubre 28, 2008

Carta de un paciente que vive con VIH Sida en Venezuela



Agradezco a todas y todos lxs compañerxs que tienen acceso a medios de información de masa y otras listas, difundir esta importante denuncia con el fin de que llegue a los decisores del caso, para que se reconsidere la medida de cierre y demolición del Centro de Inmunología de San Bernardino.

Los y las pacientes de este centro serían reenviad@s al Hospital de El Llanito para su atención y programa de distribución de medicamentos retrovirales, así como los pacientes con cáncer que reciben atención allí, lo que complicaría y arriesgaría aún más sus condiciones de salud y supervivencia. Lamentablemente los prejuicios, ignorancia y falta de formación en derechos humanos, ha llevado a estos pacientes a dar una batalla solitaria y muy estigmatizados por la enfermedad, se encuentran en grandes dificultades no sólo físicas, sino morales, laborales y emocionales para protestar abiertamente una medida como ésta.

¡Solidaridad y conciencia política con los y las pacientes que viven con VIH en Venezuela, que tienen los mismos derechos a la salud, al trabajo, a la dignidad, la igualdad y una vida libre de violencia!

Diana Ovalles Márquez

Vivir con VIH en Venezuela
(A propósito del cierre del Centro de Inmunología de San Bernardino)

El pasado viernes 24/10/2008 , en el transcurso de la mañana recibí una llamada que me causo una gran preocupación. Era con respecto a la posibilidad de que cerraran el Centro de Inmunología de San Bernardino que pertenece a el IVSS en donde mensualmente me dirijo para el retiro de los medicamentos retrovirales. Este centro que tiene algunos años operando en este lugar llevando a todas y todos un excelente servicio de salud y de atención, pese a las precarias condiciones que presenta, en donde medic@s, personal de enfermería, administrativo, obreros y demás personal que allí laboran nos ofrecen a pacientes y familiares un cálido, respetuoso y confidencial servicio en procura de una calidad de vida derecho inalienable de cada venezolana y venezolano.
Cabe destacar que a dicho centro se le han venido realizando diversos trabajos de remodelación, los cuales no han sido nunca —léase bien: nunca— concluidos, por la "falta" de presupuesto. Esto es digno de pensar para así reconsiderar el cierre, ya que si se ha invertido tanto dinero, tiempo y recursos, ¿porque no inyectarle un poco más de dinero y así concluir la obra en vez de pensar en la loca idea de demoler y construir algo nuevo? Me pregunto, ¿no genera esto mayor inversión, gasto? Gasto que a mi humilde juicio se hace innecesario, si se mantiene la idea original de mejorar las condiciones para así prestar una atención digna e higiénica como bien se entiende en un centro de servicio dedicado a la salud. Otro punto importante a destacar es que en este centro la atención es en exclusividad para pacientes que vivimos no sólo con VIH/Sida, sino también con cáncer. Somos una población vulnerable y por estar en un centro que sólo trate estas afecciones, ya nos está otorgando la tranquilidad, seguridad y respeto a nuestra dignidad por la discreción que much@s de nosotr@s queremos mantener al respecto.
Mi angustia me lleva a solicitar al Estado a través de la entidades pertinentes la reconsideraron de esta medida y exigir se mantenga como hasta ahora con sus respectivas remodelaciones. Aquí no se trata de pedir, ni suplicar: es una exigencia de un sector que como bien señalé antes, es vulnerable a todo, incluso al riesgo que implicaría el exponernos innecesariamente a otras afecciones que existen en otros centros hospitalarios donde se tratan otras enfermedades. Asímismo, reclamo nuestro derecho a sentirnos anímicamente a gusto y despreocupados, labor que se ha venido realizando con gran satisfacción en el Centro de Inmunología de San Bernardino, por la ética y profesionalismo de todas y todos los operadores de este centro, sin excepción.
Esperamos la reconsideración de la medida de cierre y demolición de este importante centro de salud de parte de las autoridades competentes, así como de todos los involucrados en esta decisión, para que se sigan garantizando nuestros derechos y nuestra dignidad como seres humanos productivos y comprometidos con el éxito de este país, que además reconocemos los inmensos beneficios del estado de justicia social con que hemos sido beneficiados a los largo de estos años.

A.M.
Paciente que vive con VIH/Sida