lunes, diciembre 15, 2008

Honra fúnebres a Bolívar este miércoles 17 en el Centro de Arte La Estancia

¿Qué sucedió en Caracas en Diciembre de 1842? ¿Por qué no se ha debatido al respecto? ¿Quiso Páez manipular una matriz de opinión repatriando los restos de Bolívar? Este miércoles 17 de diciembre en el Centro de Arte La Estancia a las 7:00 pm, podremos escuchar —166 años después de la primera vez que fue interpretado este repertorio— las Honras Fúnebres para las Exequias de nuestro Libertador Simón Bolívar, bajo la batuta del maestro Diego Silva Silva. Aquí está la versión enviada por el propio Silva de los hechos históricos que implica este evento.

Diego Silva Silva


Este 17 de Diciembre nos re-encontramos con la historia a través de unas piezas musicales, que aparte de su valor historiográfico y musicológico, develan una situación debatible en relación a las verdaderas honras fúnebres a Bolívar.

Páez ejercía su segunda Presidencia en 1842 pero era visto como traidor a Bolívar, de ello se tienen pruebas documentales en las que, en muchos casos, no se nombra directamente a Páez (ni a Santander) pero es obvio que se refieren a ellos como traidores o “vendidos”.

En efecto, 15 años atrás, Páez se involucra en la llamada “Cosiata” que fue una reacción de Páez, entre otros, contra el poder que representaba el Libertador.

Pero el siempre Generoso Bolívar, en la búsqueda de la unidad, llega a Venezuela e indulta a todos los comprometidos en La Cosiata, por decreto del 1 de enero de 1827, y ratifica a Páez en el cargo de Jefe Superior Civil y Militar de Venezuela, y le da más poder.

Por su parte, Francisco de Paula Santander y José María Obando son los mejores representantes del poder político recientemente creado en Latinoamérica.
Santander crea el primer partido que tendrá fuerte ascendiente y predominio sobre la intelectualidad y la clase media (consiguiendo agrupar artesanos y comerciantes prósperos); logra también aglutinar, a un gran número de ricos afectados por la guerra de Independencia y que añoran los beneficios que detentaban en la época de la colonia. Algo parecido a el proceso de restauración de la Aristocracia durante la Francia Napoleónica.
Con Santander como estandarte, circularán personalidades entreguistas como los Miguel Peña, Antonio Leocadio Guzmán, José Antonio Páez, Francisco Soto, Vicente Azuero, Juan Manuel Arrubla, Florentino González, entre otros, todos ellos representantes ya de la incipiente vergüenza étnica que nos ha caracterizado y fervientes imitadores de todo lo importado o producido en Europa o los EE.UU.
Con ello se conformaron dos grandes contraimágenes de las figuras del Libertador y Sucre. La contraimagen de Bolívar es Santander, la contraimagen de Sucre es Obando.
15 años después, ya en 1842, el Gobernante Páez, aparentemente ya seducido por la oligarquía criolla y ante el poderoso sentimiento de admiración y respeto que por Bolívar sentía la población y la intelectualidad (No queremos aquí entrar en la polémica de cierto discurso historiográfico venezolano, especialmente en el período 1830-1883 , cuya temática plantea el culto a los héroes o próceres de la patria), así como antiguos edecanes , Páez necesitaba resarcir su imagen de traidor, ser visto como Bolívar, ser comparado con él y además, aparecer como el gran humanista que hizo repatriar los restos de Bolívar (restos que por demás sufrieron una accidentada travesía en donde casi naufraga el barco que los traía).

En fin, el 17 de diciembre de 1842, Páez escenificó una puesta en escena en la Iglesia de San Francisco, acto reseñado por Fermín Toro (quien había sido comisionado por el mismo gobierno para realizar una sucinta relación de estas Honras Fúnebres “oficiales”) como unas honras fastuosas en donde se tocó además el "Réquiem de Mozart".

¿Y era que no habían músicos compositores como para estar a la altura de este protocolo?, claro que si los había, pero Páez seguramente recibió la asesoría de cierta clase intelectual y política que siempre ha considerado lo nacional como inferior en relación a lo proveniente de los centros mundiales del poder, o sencillamente, de los constructores del tributo a los valores de la dependencia (cualquier semejanza con la actualidad venezolana, es pura coincidencia)

He dicho que el acto liderizado por Páez el 17 de diciembre de 1842 fue una puesta en escena porque a todas luces, no se tenía preparado el protocolo para tan importante acto.

Un documento manuscrito (encontrado por el musicólogo Ignacio Barreto en la Biblioteca Nacional, integrante de este equipo de investigación) que he trabajado, tiene fecha de 11 de diciembre de 1842 para las Exequias de nuestro Libertador Simón Bolívar , De J.M Montero (además de la Vigilia y Misa de Réquiem de Atanasio Bello) y se hace difícil pensar que estaría copiado, estudiado y ensayado para su representación el día 17 dada la complejidad de las piezas. (El papel pautado no existía y había que prepararlo haciendo copias manuscritas para TODOS Y CADA UNO DE LOS MUSICOS, lo que nos hace deducir que la pieza estaría “ensayable” el 13 de diciembre con mucha suerte).

Así mismo, la Vigilia y las tres lecciones de difunto de Atanasio Bello (También recuperadas del olvido por Barreto en la Biblioteca Nacional), tienen fecha de diciembre de 1842, obra de gran complejidad que difícilmente podría haberse llevado a feliz término a la ligera.

Pero Páez quería que su “puesta en escena” coincidiera con la fecha real de fallecimiento del Libertador en Santa Marta (Colombia), de manera que, aún cuando no estaba listo el Panteón en la Catedral de Caracas (lugar en donde descansarían sus restos), decidió hacer las Honras Fúnebres en la Iglesia de San Francisco que era en donde estaban depositados mientras se terminaba la capilla de la Catedral.

Seis días después, se realizaron ¿otras honras fúnebres? (reseñadas discretamente en la prensa de la época), en la catedral de Caracas, lugar a donde se habían trasladado los restos mortales de nuestro Libertador el 23 de Diciembre de 1842 en horas de la mañana.

Quienes en vida de Bolívar fueron sus hombres fieles, participaron de esta actividad donde se presentó una vigilia y misa de réquiem de Atanasio Bello y una lección de difunto de José Lorenzo Montero. El primero contaba 23 años de edad cuando en 1823 escribió con entusiasmo y alegría una canción patriótica para el cumpleaños de su Héroe...Bolívar ...Simón. Diez y nueve años después, le tocaría escribirle de nuevo, pero esta vez con dolor y pesar.

Hoy, en Diciembre de 2008, 166 años después de estos hechos, nos tocará elevar a la memoria de Bolívar el Nacional Mensaje de sus herederos.

Nos cabe el honor y la dicha de rehacer la música que dedicaron nuestros Pardos Patriotas para sus Exequias u honras fúnebres, esta vez no el 23 de Diciembre, sino el mismo 17, en el Centro de Arte La Estancia a las 7.00 pm.

Este acto de rehabilitación patrimonial será posible gracias al apoyo, o más bien, tutelaje del Centro de Arte La Estancia quienes a través de su gerente general de cultura Luisa Díaz y la dirección de la doctora Beatrice Sansó, han hecho posible este resurgimiento de la historia a través de sus programas permanentes de rescate y difusión de los íconos de nuestra Libertad, con el más riguroso sentido científico, histórico, estético y moral.